La mayoría de los mexicanos ahorra de manera informal, pero ¿qué tanto te conviene estar en una tanda? Conoce todo sobre ello.
Con los vecinos de la colonia, con los compañeros del trabajo, incluso entre la propia familia, las tandas son parte de nuestra cultura. Uno de sus beneficios es que estás haciendo un intento por ahorrar, pero la realidad es que esta manera de hacerlo puede traerte ciertos riesgos.
Y para que te des cuenta de lo común que son las tandas, basta decir que de acuerdo con cifras de la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera, realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, 43.7 por ciento de la población en México ahorra a través de mecanismos diferentes a los ofrecidos por las instituciones financieras, es decir, ahorro informal.
Entre estos mecanismos encontramos que los más comunes son guardar dinero en efectivo, con 64.8 por ciento, mientras que 31.7 por ciento participa en tandas.
Como ya decíamos, es importante que busques mecanismos para ahorrar, pero también es necesario que elijas correctamente los instrumentos, ya que tu dinero podría no estar seguro o podría ser que pierda valor.
Aunque las tandas se realizan con gente que en teoría conoces y a la que le tienes confianza, esto no significa que no estés corriendo riesgos, ya que no tienes ninguna garantía de que se te dará el dinero que has ahorrado.
Además, tu dinero va perdiendo valor mes con mes, ya que no están usando ningún instrumento financiero que lo proteja contra la inflación. La persona que más se beneficia en una tanda es la que obtiene primero el ahorro colectivo. Supongamos que participan 12 personas y cada una da una aportación mensual de 300 pesos durante un año. A quien le toque recibirla primero, tendrá 3600 pesos que no han perdido valor por la inflación en ese momento. Por el contrario, quien sea el último en obtenerla, recibirá menos dinero del que aportó durante los 12 meses. Ya que no le alcanzará para comprar las mismas cosas con 3600 pesos en el último mes de la tanda que si hubiera sido el primero en recibirla en el mes uno.
El hecho de que tu dinero no esté trabajando, sin duda afectará su valor. Recuerda que éste pierde valor en el tiempo, es sencillo de entender; lo que hoy compras con 100 pesos no es lo mismo que podrás comprar en un año.
Como puedes ver, no te puedes dar ese lujo. Así que ese mismo dinero que entregas cada cierto periodo a la organizadora de la tanda puedes invertirlo en un instrumento que te haga generar rendimientos, por lo menos, un poco arriba que la inflación.
Guardar el dinero bajo el colchón, en una tanda, o en cualquier mecanismo informal no es muy seguro y corres el riesgo de no volver a ver tu dinero. Evalúa qué otras opciones puedes tomar para que tu dinero esté bien resguardado y no pierda valor.