Tener una vivienda es una meta universal. Aquí tienes algunos mecanismos de financiamiento para cuando dices: ¡sí, quiero comprar una casa!
Dicen que los préstamos hipotecarios son las mejores deudas que puedes adquirir, puesto que con ellos generas patrimonio. Sin embargo, este compromiso siempre será a largo plazo, por ello debes tomar en cuenta que tus ingresos estarán comprometidos todo el tiempo que dure el financiamiento.
- Crédito Infonavit. Este Instituto ha sido una de las formas más asequibles para que la población adquiera una casa. Además, existe la buena noticia de que todos los nuevos créditos se originarán en pesos y no en salarios mínimos, ya que ello provocaba que el capital nunca se redujera y, por el contrario, en algunos casos aumentaba la deuda y los trabajadores no sabían ni por qué.
Para tener derecho a esta prestación el trabajador debe alcanzar 116 puntos y tomar un curso para decidir mejor cómo destinará la cantidad que le será prestada. Hoy no sólo existen préstamos para una casa nueva, también puedes adquirir una vivienda usada; o remodelar o construir tu casa si ya tienes un terreno para ello. Comienza por saber cuántos puntos tienes y cuál es el monto de tu préstamo.
- Hipoteca. Desde hace varios años se lleva a cabo lo que han nombrado la guerra de tasas. Se refiere a la constante reducción de tasas en los créditos hipotecarios por parte de las instituciones financieras. Actualmente puedes encontrar créditos para comprar tu casa con una tasa de interés de 8.45%. Considera que la contratación de estos planes es a largo plazo.
En este punto la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), te recomienda que verifiques los siguientes aspectos antes de aceptar un crédito así:
- Monto financiable (proporción del valor del inmueble susceptible de ser financiado por el banco).
- Consulta si el crédito que te van a otorgar es en Pesos o en UDI’s y las ventajas y desventajas que tiene cada una de estas opciones.
- Importe del enganche (importe del valor del inmueble que debe ser aportado por el cliente interesado para iniciar la operación de compraventa).
- Plazo solicitado para la liquidación del crédito. (número de años en los que se amortizará el crédito hipotecario).
- Tasa de interés considerada para la liquidación del crédito, la cual puede ser fija, variable o mixta.
- Tasa de interés moratoria, en caso de atraso en los pagos.
- Comisiones aplicables e importe de las mismas. Por ejemplo: apertura del crédito, investigación del crédito, estudio socioeconómico, avalúo, seguros de vida y de daños al inmueble, etc. Algunos de estos gastos y comisiones se tendrán que pagar al inicio del crédito y otros durante la vigencia del mismo.
- Existencia o no de penalización por realizar pagos anticipados (prepagos) parciales o por el total de la deuda.
- Importe aproximado de gastos notariales por concepto de escrituración.
Hacer crecer tu dinero
Si no tienes seguridad social y no puedes acceder a los créditos del Infonavit o no quieres contratar una hipoteca con un banco, la opción es que pongas a trabajar tu dinero. Para hacerlo crecer y poder pagar por lo menos el enganche, existen fondos de inversión o, también, puedes convertirte en prestamista de una plataforma P2P para hacer que tu dinero crezca.
Lo mejor es que busques a un asesor para que mediante una simulación se refleje: tu meta, el tiempo en el que piensas emplear, y el ahorro que destinarás para lograrlo. Así tendrás una idea más clara de cómo llegarás a tu objetivo.