Seguramente escuchas hablar mucho de la educación financiera, pero a veces parece ser sólo un concepto lejano. Aquí te decimos de qué hablamos cuando definimos qué es educación financiera.
¿Cuántas veces te dieron una clase de cómo manejar tu dinero? Seguramente ninguna, nos enseñaron matemáticas, pero en realidad no nos enseñaron a aplicarlas, pese a que todos los días tenemos que tomar decisiones con el dinero.
La educación financiera, de acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, es el proceso mediante el cual los usuarios tienen un mejor conocimiento y aprovechamiento de los distintos productos financieros que ofrece el mercado. Además, también conocen mejor los riesgos y beneficios de éstos, y desarrollan habilidades que les permiten tomar mejores decisiones en pro de su economía.
Hoy por hoy existe una brecha entre quién sabe utilizar un cajero y quien sólo utiliza efectivo, pero también es cierto que la tecnología está obligando a toda la población a utilizar otros métodos para manejar su dinero que antes no se imaginaba.
Desde una tarjeta de débito, hasta un producto más sofisticado, la educación financiera nos ayuda a tomar mejores decisiones. Por ejemplo, a no retirar todo nuestro dinero de la tarjeta y aprender que se puede pagar con el plástico en lugares donde tienen Terminales Punto de Venta .
De igual manera, la educación financiera nos permite tomar mejores decisiones para nuestro bolsillo: no utilizar un cajero que no es de la red de tu banco, ya que podrías pagar una comisión de hasta 40 pesos.
Recibir el sueldo en una cuenta de nómina, pagar servicios en línea, retirar dinero de un cajero o de una sucursal bancaria, adquirir una casa o un auto, son situaciones muy comunes en nuestro día a día, y todas ellas serán experiencias agradables si contamos con la información para tomar decisiones inteligentes.
De acuerdo con la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), en el país todavía hay muchas personas que creen que hablar de educación financiera no es necesario en su vida cotidiana.
Y es que definitivamente para una gran parte de la población es más fácil pensar que hablar de finanzas es sólo para especialistas. La clave para que esto deje de ser una limitante, de acuerdo con expertos, es cambiar los términos, por ejemplo, en lugar de hablar de economía, hablar de dinero, un término mucho más cercano a la gente.
“Es un tema que nos debería interesar a todos sin importar la etapa de la vida en la que te encuentres o tu nivel económico o social”, explica la Condusef.
Y es que a los niños los hace comprender el valor del dinero y del ahorro; a los jóvenes los prepara para vivir el día de mañana de manera independiente y a los adultos les ayuda a cumplir metas con base en decisiones informadas como comprar una vivienda, crear una empresa o prepararse para la jubilación.
La educación financiera busca dotar a las personas de los conocimientos y habilidades necesarios para que en el día a día puedan hacer elecciones razonadas sobre el uso adecuado de productos y servicios financieros, establece el organismo.
Por eso, y si quieres tener una mejor economía, es necesario que le pierdas el miedo a tener una mejor educación financiera y la apliques en tu vida cotidiana.