Si ya estás por adquirir un seguro para tu auto, te damos recomendaciones sobre seguros de auto en México.
Primero que nada debes tomar en cuenta que por ley todos los autos que circulen por vías federales deben contar con una póliza de responsabilidad civil, ello quiere decir, que en caso de un accidente esta póliza ayuda a resarcir el daño tanto a las personas como al auto dañado.
Las variaciones entre las pólizas son muy diversas, pero la mayoría cumple con los siguientes puntos que debes considerar al momento de elegir la que se adapte mejor a tus necesidades.
Tipos de pólizas de seguros de autos en México
De cobertura limitada: este tipo de póliza no cubre los daños que pudiera sufrir el coche ante un accidente, pero sí lo protege de robo total, responsabilidad civil de bienes y personas y extensión de responsabilidad civil al conducir otro auto.
Además te ofrece asistencia legal y fianza garantizada, gastos médicos de los ocupantes, servicios de asistencia o auxilio vial.
De cobertura amplia: es la cobertura más completa en cuanto a la protección del vehículo, pues lo protege contra daños materiales, robo total del automóvil, responsabilidad civil en bienes y personas, extensión de responsabilidad civil al conducir otro auto.
De igual manera te ofrece asistencia legal y fianza garantizada, cubre los gastos médicos de los ocupantes y servicios de asistencia o auxilio vial.
A grandes rasgos, esas son los tipos de pólizas existentes en México. La recomendación de la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), es preguntarte contra qué quieres protegerte; la respuesta te servirá para definir qué tipo de póliza te funciona mejor.
Por otra parte, es común que las personas piensen que las aseguradoras hacen todo lo posible por no pagar, sin embargo, gran parte de ese problema viene porque los contratantes no conocen a fondo su póliza. Según datos de la Condusef, menos del 50 por ciento de las personas que adquiere un seguro conoce sus alcances.
Ello quiere decir que se guían sólo por lo que les dice el asesor. El pequeño detalle está en que siempre se mencionan los beneficios, pero pocas veces las exclusiones; es ahí donde tú como beneficiario debes ahondar. Lee hasta la última letra del contrato, con especial atención al apartado que dice exclusiones; así te darás cuenta de en qué situaciones no estás cubierto y te evitarás muchos dolores de cabeza y corajes.
Recuerda que al firmar el contrato estás aceptando las condiciones de una aseguradora, incluyendo las situaciones en las que no estás cubierto o que pudieran provocar que la póliza no se haga efectiva. La mayoría de estos problemas se dan por falta de lectura del contratante.
Y no existe la excusa de las llamadas letras chiquitas, ya que todas las aseguradoras están obligadas a poner las exclusiones a cierto tipo de letra y en negritas. Si a pesar de leerlo no entiendes los términos de la póliza, recurre a tu asesor; él tiene la obligación de responder a todas tus dudas.