Quizá alguna vez has estado ante la disyuntiva de tomar un taller de finanzas personales pero dudas que pueda darte resultados.
Para que te convenzas y no pierdas la oportunidad de aprender sobre finanzas personales, la próxima vez que te propongan un curso o taller, te dejamos 5 cosas imperdibles que seguro vas a rescatar de ellos.
5 beneficios de un taller de finanzas personales
1. Mayor conciencia
Por lo general no le damos valor a las cosas hasta que nos toca a nosotros ser quienes hacemos el esfuerzo por ganárnoslas. Seguramente mientras ibas en la escuela, tus papás te daban dinero para tu gasto de la semana, con suerte para la gasolina de tu auto o los pasajes y hasta para invitarle el helado a la novia.
Pero cuando empiezas a trabajar, verás que ya no tendrás el mismo ímpetu por ser el amigo que siempre les invita a los demás las “chelas” porque ya te costará a ti.
Así que, partiendo de lo anterior, un curso de finanzas personales te ayudará a darle mayor valor a tu dinero. Sin que tampoco se trate de que te conviertas en un codo, al menos podrás darle el justo valor a las cosas, a tu esfuerzo y la recompensa que obtengas por él.
2. Importancia del ahorro
Nadie nos enseñó a ahorrar a pesar de la importancia del tema. Seguramente hoy es un tema que se escucha con más frecuencia, sin embargo muy pocas personas crecieron con este hábito y el problema no es cuando trabajas y no te alcanza para pagar las próximas vacaciones, el verdadero problema es que cuando uno se encuentra activo laboralmente y se la pasa percibiendo ingresos para pagar deudas, sin generar un mínimo de ahorro. ¿Te has puesto a pensar si esa es tu condición ahora que trabajas, cuál será el día en que concluya tu etapa productiva y entres a la vejez?
3. Prevenir
Otro de los hábitos que falta reforzar es la previsión, pues como consecuencia tenemos emergencias económicas que alteran nuestra estabilidad.
Por ejemplo, la enfermedad de un familiar querido e incluso su muerte, son momentos para los que estamos muy poco preparados y que de llegar a presentarse, lo que terminamos haciendo es pedir prestado para sortear la situación.
Sin embargo, sería completamente diferente si tuviéramos la conciencia de que estos eventos pueden sorprendernos en cualquier momento y por lo tanto, estuviéramos preparados para ellos, por lo menos en el aspecto financiero, lo que sería una carga menos en medio del estrés emocional.
4. Plantearse metas
En lugar de vivir al día, cuando una persona tiene mayor educación financiera puede incluso crear estrategias para la administración de su dinero y sacarle el mayor provecho. Planear el ahorro, la inversión y el crédito se vuelven indispensables para alcanzar nuestros objetivos.
5. Gasto inteligente
No tiene nada de malo gastar, al contrario, es la recompensa e incentivo que tenemos por el trabajo que realizamos, pero cuando uno tiene en mente los puntos anteriores, el gasto que uno lleva a cabo es más planeado que un simple impulso, lo que ayuda a evitar sentimientos negativos generados por el dinero como son la tristeza, el enojo o la frustración.