Aprende a clasificar tus gastos en el hogar para facilitarte la vida.
Constantemente se recomienda que hagas un presupuesto de tus gastos para que lleves un estricto control de tus finanzas. Debes saber cuánto ganas y cuánto gastas para que no te desfalques y malgastes lo que no tienes, lo cual sólo te llevará a endeudarte.
Está comprobado que si llevas un estricto control de tus gastos tendrás una economía sana y no correrás el riesgo da acabar con una mala puntuación en el buró de crédito. Para ello, es necesario que clasifiques tus gastos en diferentes rubros.
¿Cómo comenzar a clasificar tus gastos?
Haz una lista de todos los gastos que tienes al mes, desde el más importante hasta el más insignificante. Repito, todo lo que gastas, incluyendo propinas. Ya que tienes la lista, será necesario que separes los gastos indispensables de los no indispensables.
Los gastos indispensables son aquellos que debes hacer cada mes, pase lo que pase. Por ejemplo, pagar la renta, el mantenimiento, pagos a tarjetas de crédito, la colegiatura de los niños, los gastos de vivienda: gas, agua, luz, teléfono, internet, el cable. También lo que debes comprar cada mes para comer: leche, huevo, pan, embutidos (como jamón o salchichas), agua, carne, pollo… todo lo que siempre comes durante el mes.
Puedes considerar los gastos que haces a la semana cuando comes fuera debido al trabajo. Muchas veces es imposible ir diario a comer a casa. Este gasto entra en los gastos indispensables. Esta lista de gastos indispensables es muy importante, pues en ella difícilmente podrás reducir gastos.
Por otro lado, la lista de gastos no indispensables son aquellos que haces pero que no los “necesitas” para vivir: ir al restaurante, al cine, comprar un helado, ropa y calzado de diseñador… todo lo que, si lo recortas, te permitirá vivir bien.
Clasifica y vencerás
Una vez que tengas estas dos listas entonces comienza a clasificarlas. Por ejemplo, de los gastos indispensables clasifica los que son para vivir, los que pagas cada mes o los que pagas cada dos meses, los que son para los niños, los que son gastos extra.
De los gastos no indispensables, catalógalos en diferentes rubros: propinas, restaurantes, entretenimiento, calzado, ropa, cosas extra que compras en el supermercado cada vez que vas (y que no necesitas).
Sé totalmente honesto, pues es común que el dinero “se te vaya de las manos” sin saber cómo, y esto es debido a los gastos no indispensables. Las propinas, por ejemplo, representan una buena fuga de capital. No decimos que no las des, simplemente te puedes ajustar a dar menos.
Si clasificas tus gastos podrás llevar un estricto control de los mismos y podrás ahorrar en unas cosas y gastar en otras. Se vale tener uno que otro lujo al mes, pero probablemente gastas más en lujos que en lo que de verdad necesitas.
Piensa bien qué necesitas realmente para vivir y qué no. Te recomendamos que hagas un presupuesto de tus gastos y los clasifiques.
Una vez que tengas claro cómo clasificar tus gastos en el hogar, podrás comenzar a ahorrar, y entonces podrás acceder a las posibilidades de invertir tus ahorros para asegurar mejor tu futuro.