Si eres de las personas que le huyes a hablar del dinero y no tienes ni idea de cómo administrar las finanzas personales, esto es para ti.
Lamentablemente el tema de finanzas personales es algo en lo que nos involucramos hasta que comenzamos con nuestra vida laboral, por lo que, de no saber cómo manejarlo, se convierte en un eterno dolor de cabeza.
La mayoría de las personas tenemos con el dinero una relación de amor-odio. Por un lado, es el fruto de nuestro trabajo y lo necesitamos para comprar todo lo que necesitamos y queremos. Por el otro, ¿cuántas veces no hemos escuchado decir? ¡Maldito dinero, no me rinde! O ¡No alcanza para nada!
En realidad no es que el dinero nos haga la mala jugada de resbalarse de nuestras manos o desaparecer como por arte de magia apenas cambiamos un billete y nos quedamos con monedas. Es más bien que no sabemos administrarlo, ni hacer un adecuado uso de él y, por lo tanto, no llevamos un manejo eficiente de nuestros recursos.
Si ese es tu caso, estos tips te van a ayudar:
Valora tu dinero: No seas de los que apenas reciben su pago y lo primero que hacen es gastárselo. Tan sólo piensa que te llevó, por lo menos, 15 días ganarlo como para que en un solo día acabes con él.
Presupuesta: Es básico hacer un presupuesto y determinar en qué lo vas a gastar. Determina prioridades, qué necesitas y qué es lo que quieres lograr. Si requieres un poco más de información sobre cómo elaborar un presupuesto, da click aquí.
Agenda el pago de servicios: Que no se te pase y termines pagando recargos. Paga a tiempo la luz, el agua, el teléfono, el predial y todos aquellos servicios que consumes para evitar incurrir en gastos innecesarios.
Ahorra: Habrá metas que te llevará más tiempo alcanzar pero no por eso es imposible. Así que dentro de tu presupuesto destina una parte al ahorro. Ya sea para el corto o largo plazo, o de ser posible para ambos casos, pero ahorra. ¡Ojo! No lo que te sobre, sino un monto en específico que destines para este fin.
Compras inteligentes: Gasta, compra lo que te guste, pero antes compara y no por darte un gusto descobijes las necesidades primordiales que necesitas cubrir.
Haz eficiente tu gasto: Analiza, ¿en qué estás gastando de más? Tal vez en lugar del taxi, puedes utilizar el transporte colectivo, o incluso la bicicleta. Y lo mismo en cada cosa que compres. No está mal comer en algún restaurante, pero a lo mejor no tan seguido. Otro día puedes preparar algo tú mismo en casa y, en lugar de ir cada 8 días al cine, rentar una película en casa.
Paga tus deudas: Si tienes deudas, págalas. Nada mejor que vivir tranquilo.