Educación Financiera

4 peores momentos para pedir un préstamo

Existen distintos tipos de préstamos: por ejemplo, aquellos que van destinados a un fin muy específico, como la compra de una casa o un automóvil; o bien, los préstamos personales e inmediatos, que pueden ser utilizados para diversas finalidades, como iniciar un negocio o cubrir algún tipo de emergencia.

Sea cualquier tipo de préstamo que solicites, hay que analizar las condiciones del crédito, pero sobre todo, valorar nuestra situación financiera, específicamente si podremos o no responder ante la deuda que estamos próximos a adquirir.

A continuación te mostramos algunos momentos en los que sería mejor no pedir ningún tipo de préstamo o crédito.

#1 Cuando no tienes un ingreso fijo

Si no tienes un empleo en el que  tengas asegurado un sueldo recurrente,  y  por el contrario, estés a expensas de que te llegue dinero o no o la fecha en la que recibes el dinero sea diferente mes con mes, mejor piénsalo.

Para responder a un préstamo o crédito es necesario tener la liquidez en el plazo establecido, ya sea en su totalidad o mensualidad, pues de no cubrirlo aumentará la deuda considerablemente con los intereses que se generen.

#2 Cuando ya tienes un préstamo o crédito

Si ya cuentas con un préstamo o crédito y tu capacidad de pago está rebasada ¿qué te hace pensar que podrás tener liquidez para otro préstamo? Si estás intentando pagar un préstamo con otro, quiere decir que tienes un sobreendeudamiento y la solución no es seguir pidiendo dinero prestado por donde sea.

#3 Como una extensión de tu sueldo

Si utilizas un préstamo como una extensión a tu sueldo, quiere decir que realmente no cuentas con dinero para liquidarlo, ya que estás gastando dinero que en verdad no tienes.

#4 Si no puedes cubrir la totalidad o mensualidad del préstamo

Sí desde que piensas en solicitar el préstamo sabes que no tendrás para pagarlo en la fecha pactada, estás atentando contra tu historial crediticio por muchos años, en los cuales lo más seguro es que no te otorguen préstamos de ningún tipo.

Analiza a fondo el motivo por el que estás pidiendo un préstamo y lo más importante: no rebases tu capacidad de pago ni te endeudes un más de un 30% de tu ingreso real.

 

Por: ComparaGuru.com

Educación Financiera

Cómo saber el resumen de tu crédito de Prestadero

Conocer el resumen de tu crédito de Prestadero es muy sencillo. Gracias a que el servicio es completamente online puedes consultarlo las veces que quieras, cualquier día del año y siempre está actualizado. Los pagos se reflejan en máximo 48 horas.

1 – Ingresa a tu cuenta de Prestadero

2 – Tu panel te indica el estado tu crédito de Prestadero

Al ingresar verás un panel como el siguiente donde aparecen los pagos realizados a tu crédito, los pagos pendientes por realizar, comisiones, intereses ordinarios, intereses moratorios, etc.

3 – Tu siguiente pago

En Prestadero puedes realizar pagos anticipados o liquidar tu crédito de forma anticipada. Si deseas saber cuando será tu próximo pago y el monto que debes tener en tu cuenta bancaria para realizar el pago dirígete a la sección “Siguiente pago”.

 4 – Capital y total pagado de tu crédito

En el resumen de tus pagos puedes ver el  capital que has pagado de tu crédito y el total que habrás pagado al terminar la vida de tu préstamo.

5 – Más detalles del crédito

Puedes profundizar en más detalles de tu crédito haciendo clic en los botones “Tabla de pagos”.

Conclusión

Como verás, es muy sencillo conocer el resumen de tu crédito. Cada pago que realizas se refleja en tu panel a las pocas horas y siempre está disponible.

*Para preservar la privacidad de nuestros solicitantes este blog se hizo a partir de un crédito simulado, por lo tanto es posible que algunos datos no coincidan.

Cómo Administrar mi Dinero

Hábitos de compra y consumo que afectan mi presupuesto

¿Alguna vez has escuchado hablar de hábitos de compra y consumo? Se trata de aquellos gastos que pueden hacer que tu dinero te rinda o no.

Cuando hablamos sobre cómo administrar mi dinero, un aspecto de vital importancia es conocer en qué estamos gastando nuestro dinero. Y es que una persona que tiene un buen ingreso no necesariamente lleva un buen nivel de vida.

Esto se debe a que la gente gasta más de lo que ingresa. Lo mismo da si tienes un ingreso de 6 mil pesos que de 40 mil pesos al mes; si tus hábitos de compra y de consumo superan en gasto lo que ganas, no tendrás garantizada tu salud y tranquilidad financiera.

La mayoría de las personas viven al revés. Utilizan el crédito para vivir, en lugar de ahorrar para alcanzar sus metas. Y no está mal recurrir al crédito porque, al final, para muchos que no somos millonarios, ni nos ganamos la lotería, ni hemos recibido una herencia, es la única manera de hacer crecer tu patrimonio.

Todo depende de para qué usas tu crédito y que éste no termine teniendo control sobre ti, y es aquí en donde la mayoría de las personas se pierde y entonces pierden de vista qué hábitos de compra pueden sostener.

Pongamos un ejemplo: es posible que un empleado de oficina pueda comprar con sus ahorros o su ingreso un traje, corbata y dos camisas para renovar su guardarropa. Pero resulta que llega a la tienda departamental, le ofrecen una línea de crédito muy atractiva, meses sin intereses, y promociones como compra hoy y empieza a pagar hasta dentro de medio año, que ese mismo empleado, no se comprará un traje, sino dos o hasta tres, más otras tres corbatas, camisas y hasta los zapatos. Evidentemente andará muy bien vestido en la oficina, pero ¡luego de haber dado un “tarjetazo” que todavía ni empieza a pagar!

Ese es uno de los principales problemas al momento de gastar. Perdemos de vista para qué nos alcanza y qué nivel de vida podemos tener con nuestro nivel de ingreso y nos volvemos presas de la mercadotecnia aspiracional que ha dejado de vender productos para vendernos sensaciones o emociones que pueden estar muy bonitas, pero que definitivamente no podemos pagar y hacerlo, es a costa de nuestra salud, el bienestar de nuestra familia y nuestra tranquilidad.

Así que, antes de tu siguiente compra, no olvides hacerte dos preguntas fundamentales: ¿lo puedo pagar? Y, ¿realmente lo necesito? Si tu respuesta es positiva, sigue adelante y disfruta tu compra; y si no, estás a buen tiempo de recapacitar.